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viernes, 27 de noviembre de 2009

Carta abierta a Barack Obama

La Habana, Octubre 20/ 2009.

 

 

A: Barack Obama

    Presidente de los Estados Unidos de América.

 

 

Estimado Señor:

 

 

Mis más sinceros saludos. Mi nombre: Yamil Domínguez Ramos, ciudadano norteamericano nacido en Cuba, que me encuentro encarcelado específicamente en el centro penitenciario ¨Combinado del Este¨ con una sanción de 10 años de privación de libertad y por un supuesto delito de tráfico de personas. Sin ningún elemento objetivo en contra y bajo el sistema ejecutivo y judicial fraudulentos, permanezco hace más de 18 meses despojado de lo más elemental y valioso que tiene un ser humano.

 

El 13 de octubre del 2007, aproximadamente a las 8:00am arribé forzosamente al puerto internacional ¨Marina Hemingway¨, situado al oeste de La Habana. Las condiciones meteorológicas empeoraron en mi trayecto (Florida-Cancún), por lo que decido dirigirme a dicho Puerto respetando las normas internacionales. A partir de este momento, decidieron procesarme y condenarme, mediante métodos repugnantes y bajo un juicio predeterminado, por el presunto delito de tráfico humano.

 

Mi único delito es haber llegado en mi embarcación propia al Puerto Internacional y no en una canoa, por otra parte, ser ciudadano estadounidense por naturalización y por consecuencia venir de los Estados Unidos. Si hubiese sido ciudadano de cualquier otro país, mucho más de aquellos que tienen relaciones diplomáticas con Cuba, seguro estoy que ni un día hubiese permanecido aquí. Además el ensañamiento a mi persona se acrecentó y por ende las manipulaciones en todo el proceso, cuando en la primera etapa que estuve en Villa Marista me propusieron trabajar para el gobierno cubano desde los Estados Unidos, actividad similar a la de los 5 cubanos prisioneros. En resumen estoy despojado de mi libertad porque alguien pensó lo que yo pude haber pensado. Todo ha sido subjetivo, violando nuestros derechos civiles nacionales e internacionales, pacto que Cuba firmó en febrero del 2008 ante el Consejo Internacional de Derechos Humanos. Los funcionarios han hecho de mi caso, y desde un inicio, un problema político. A ex profeso me han causado, y por consecuencia a mi familia, daños psicológicos, económicos y morales. Me han separado de mis hijas, donde la mayor está bajo mi custodia, me privaron de los deseos de celebrarle sus 15 años al detenerme 2 meses antes del feliz acontecimiento, no pude disfrutar de la compañía en Navidad de mi madre y mi tía que sólo esperaban el efectivo para sacar los boletos del viaje. Esta última, persona relativamente enferma, estuvo al borde de la muerte pues se desestabilizó emocionalmente al conocer que me habían condenado injustamente a 10 años de privación de libertad. Se ha acrecentado mi desvelo por los prejuicios económicos, pues tenía un proyecto de construcción, valorado en 1.8 millones, pero lo vendería en 1.5; restaba sólo 1 mes para su culminación, sin contar otros que estaban comenzando; no presentaba ningún problema con los créditos y contaba con el financiamiento de los bancos; parecía tener un futuro brillante en medio de una crisis y la subida del combustible incontroladamente; pero, a pesar de todo, mi economía estaba segura. Viajé a todas partes, incluyendo Europa; todo lo tenía preparado para recibir a mi madre, por segunda ocasión, y a mi tía; también esperaba, en unos pocos meses, formalizar mi relación con mi fiancés. Desgraciadamente mi vida dio un vuelco y la causa no fue precisamente las dos tormentas que me azotaron en el mar sino, el régimen cubano con sus juicios fraudulentos y violaciones de la Declaración Universal de los Derechos Humanos (DUDH). Mi inocencia ha sido demostrada constantemente, cuestión de la que presumo según el artículo 11 de la DUDH. La Fiscalía General de la República en la vista oral no mostró ni demostró prueba objetiva que me culpara de algún hecho delictivo. Sin embargo los jueces, que les corresponde  personificar la Justicia, asumieron por convicción los hechos como probados y obviaron todo lo que satisface favorablemente mi caso. En Cuba todos son culpables, aquí se trata de demostrar la inocencia y no la culpabilidad.

 

Sé que ante usted existe una gran responsabilidad internacional, desde la eliminación de armas nucleares, hasta lo más simple y a la vez compleja, como el restablecimiento de las relaciones bilaterales Cuba-EUA, con una nueva panorámica y una mejor y mayor garantía de vida, incluyendo la reunificación familiar. Espero, y es el sentir de todos los casos politizados como el mío, que surja una garantía rápida y segura capaz de terminar con esta página difícil de creer e imposible de olvidar y que hechos como éste no se repitan en absoluto. Millones de cubanos, dentro y fuera de la isla, tienen sus esperanzas puestas en usted. Yo, como ciudadano norteamericano nacido en Cuba, poseo amplias  expectativas de que la tarea, ardua y difícil, que ha decidido emprender, la conseguirá; pues, por sobre todas las cosas, cuenta con el apoyo y la estimación de la mayoría de los ciudadanos norteamericanos y del mundo.

 

 

Muchas gracias por su valioso tiempo,

 

 

 

Sinceramente,

 

 

 

 

Yamil Domínguez Ramos.

 

 

Nota: Esta carta es una copia sintetizada de la carta original, la cual aparece en el Blog: Injusticia Notoria.

 

Para más información:

 

Blog: Injusticia Notoria.

Dirección: url:http://www.injusticianotoria.wordpress.com

Email: yamildominguez@gmail.com

 

2

 

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2 comentarios:

Anónimo dijo...

Remarkably well executed blog!!!

Anónimo dijo...

Extremely well executed post.