Foto: Miembros del Partido Socialista Catalán insultan a cubanos que se manifiestan en Barcelona pidiendo la liberación de prisioneros políticos y el respeto a los derechos humanos en Cuba. Los militantes del PSC además, hicieron público su apoyo coreando consignas en favor del régimen dictatorial y dinástico de la familia Castro.
Por Francisco Sau Boíx.
Partido Socialista Catalán más débil y fracturado
El pasado 27 de septiembre en el debate de política general del PSC, se incorporó en su programa electoral para el 25 de noviembre de éste año, después de ser aprobada por votación, una reclamación para que se consulte a los ciudadanos de Cataluña a través de un referéndum en el marco de la legalidad, la tan aclamada independencia.
Según su secretario, Pere Navarro, eso no significa que el PSC se haya vuelto secesionista.
Al tiempo, 145 militantes de su partido firmaron un manifiesto reclamando una Cataluña-Estado. El ex consejero Ernest Maragall, es el máximo exponente dentro de éste grupo que pudiese en próximos días anunciar la creación de un nuevo partido político.
La contradictoria afirmación pronunciada por el secretario del PSC, más la evidencia de una fractura dentro del Partido Socialista Catalán, no sobresalta al pueblo de Cataluña en particular, ni tampoco al pueblo español en general, quiénes en su conjunto se sienten defraudados con todas las formaciones políticas por su falta de valores representada no solo en su mala gestión y actuación, además de la actual grave crisis económica y financiera, sino también en los crecientes y continuos escándalos de corrupción que se van destapando día tras día, lo que ha provocado un descontento generalizado y que queda explícitamente demostrado en la encuesta realizada por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), además de las continuas manifestaciones populares debido al programa de recortes dictado por el actual gobierno.
Según el sondeo del CIS, para la mayor parte de los españoles los políticos, los partidos y el Gobierno son el tercer problema más grave que tiene España, solo después del paro y la coyuntura económica. Con Rajoy ya en el Gobierno en julio de este año, el mismo CIS señala que el 84,9% de los ciudadanos considera que la gestión del Gobierno es regular, mala o muy mala. Y el 62% según una encuesta de Metroscopia, desaprueba la reforma laboral.
Entre tanta insensatez política generalizada, la independencia de Cataluña es una opción con mucho más futuro. Eso sí, para ir con rumbo firme y sin tropiezos, es aconsejable que sea llevada de la mano de cualquier partido, excepto de los socialistas.
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