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lunes, 29 de octubre de 2012

Monólogo indeseado



Por José Alberto Álvarez Bravo.

A pesar de que en horas tempranas había bajado al parque de Calzada y K en El Vedado, y comprado el pan normado en la panadería de J y 15 –a más de tres cuadras de mi domicilio- sabía que el viernes 26 de octubre de 2012 sería secuestrado por la policía del pensamiento. El día anterior, tres amigos habían sido secuestrados por habernos visitado para compartir una caldosa, y a otros cuatro para impedirles llegar.

Pasadas las once de la mañana bajé al teléfono público de Calzada y K y al notar el merodeo de los agentes supe que mi arresto era inminente.

Ya en la 4ta Unidad, sita en Infanta y Manglar, Cerro, fui internado en un calabozo donde ya se encontraban desde horas tempranas de la noche anterior, dos de los participantes en la pacífica actividad realizada en nuestro domicilio, Roberto Hernández Barrios y Pablo Morales Marchán.

Sobre las 7:00 pm fui conducido a un cuarto de interrogatorio para un “diálogo” con uno de los más connotados represores del Departamento de Enfrentamiento al Delito Contrarrevolucionario, o Dpto. 21, o simplemente CI (Contra Inteligencia), nombrado Fernando Tamayo Gómez.

Un pertinaz dolor en el entrecejo me obligaba a presionarlo constantemente con el pulgar, y concentrarme en esto me facilitó ignorar la ráfaga de amenazas de que fui objeto: constantes secuestros para impedirme el acceso a internet en los centros habilitados por la SINA; permuta forzosa para Mayabeque, Pinar del Rio o Isla de Pinos; impedir a mi esposa, Lilia Castañer, continuar en el curso de periodismo en la SINA, y otros nebulosos peligros.

La razón de todo esto no puede ser comprendida por pueblos que vivan en democracia; mis “crímenes” fueron reunir en nuestra vivienda cerca de tres decenas de miembros de la sociedad civil, y comentar la idea de caminar hasta el cercano malecón habanero portando cada uno el retrato de un cubano desaparecido.

Mi falta de interés en un encuentro que no solicité, convirtió la desagradable velada en un monólogo indeseado.

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