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martes, 20 de mayo de 2014

Viviendo bajo amenaza #Cuba

Por José Alberto Álvarez Bravo

Primero fue un correo electrónico recibido en 2008, firmado por Elpidio Valdés, con una amenaza distante: “estás pasando la raya de la traición y la traición se paga con la muerte”.

Casi dos años después, el 4 de enero de 2010, junto a Laura Pollán, Pierantonio Micciarelli y Luca Acerno, fuimos objeto de un mal encubierto atentado automovilístico a escasos trescientos metros del Hospital Naval, de donde no habríamos salido con vida si allí se nos hubiera trasladado por el más mínimo rasguño. El fallecimiento de Laura en extrañas circunstancias prueba el designio homicida del régimen castrista contra su persona.

Luego, el 11 de mayo de 2011, durante un secuestro al más rancio estilo mafioso, encontrándome junto a Aramís Sáez Sánchez, un sujeto se bajó de un vehículo en un lugar oscuro y apartado adonde había sido conducido con la cabeza contra el asiento posterior -probablemente por Miramar- acercándoseme por la ventanilla donde me tenían para decirme: “nosotros matamos a los traidores”, o algo muy parecido.

Poco después, el oficial del DSE supuestamente nombrado Diego también me dijo: “nosotros le arrancamos la cabeza al pescado”, haciendo con las manos un gesto como de quien arranca algo.

En otro secuestro junto a Calixto Ramón Martínez Arias, el agente conocido como Volodia me dijo: “tú no vas a ver la caída de Fidel”.



Foto: Agente (esbirro) Volodia.

El 3 de enero de 2014, cuando ya estábamos próximos a arribar a las mil grabaciones de video en el Proyecto Cuba EXIGE, ETECSA me cortó las llamadas desde y hacia mi móvil, y esto sin cumplir su obligación contractual de avisarme con treinta días naturales de antelación; poco después, Leonel Alberto Pérez Belette comenzó a hablarme sobre “una gestión” que estaba realizando para “algo que nos convenía a los dos”. Ya después comenzó a enviarme sms donde me pedía mi ubicación a pasar a recogerme “en un pupú”, según sus palabras, sin que haya existido un nivel previo de aproximación entre nosotros. El 8 de mayo de 2014, este señor se personó en mi casa para invitarme a una gira por Santiago (de Cuba) “para ver a los hermanos”; según sus propias palabras, la invitación era “un obsequio de Elpidio Valdés”. Frente al edificio tenía parqueado un vehículo de color azul claro con chapa de turismo, en el que se retiró luego de mi lógica negativa a acompañarle.

El 10 de mayo de 2014, Pérez Belette invadió mi domicilio; al exigirle salir de inmediato, el sujeto se apostó en los bajos del edificio, armándose con piedras para atacarme si bajaba en pos suyo.



Foto: Pérez Belette (chivato).

Al ver al individuo acechándome en actitud amenazante, hice una llamada a la Policía Nacional, la que acudió de inmediato al lugar; al llegar el auto patrullero, Pérez Belette subió a un vehículo blanco con matrícula de turismo, siendo escoltado por otro de color azul claro; todo un equipo de sicarios de la seguridad del estado, subordinados directamente al Ministerio del Interior al igual que la Policía Nacional.

La Policía Nacional me condujo a la Unidad sita en Zapata y C, Vedado, con el propósito de formular una denuncia por el delito de Amenaza, pero al ver mi ficha donde se consigna mi condición de CR (contrarrevolucionario), el oficial actuante declinó aceptar la formulación de la denuncia.

Durante el resto del día seguí recibiendo mensajes de este sujeto, cuya vinculación a los órganos de la inteligencia no dejan lugar a dudas.

Admite que me estaba esperando abajo, pero no menciona las cuatro piedras con que estaba armado para atacarme, obviamente por órdenes del Ministerio del Interior.







Fotos: mensajes de textos enviados por Pérez Belette (agente chivatón).

Como es evidente, el sujeto está muy colérico contra mi persona por haberle frustrado su fanfarrona aseveración ante sus jefes de que podría eliminarme tan fácilmente como eliminaron a Oswaldo Paya y Harold Cepero. Ahora me tilda de chivatón porque parece que aspira a mantener el falso ropaje de periodista independiente y “disidente”, cuando hasta ha sido visto penetrar con toda naturalidad en Línea y A, sede de la inteligencia castrista.

La evidente premura del gobierno de Raúl Castro por eliminarme, sin dudas se debe al hecho de que promuevo el Proyecto Cuba EXIGE, en el que en poco más de un año nos hemos juntado más de 1 300 cubanos y cubanas de toda la isla, mediante clips de video, para expresar nuestra exigencia de un cambio de régimen para Cuba.

El despliegue de un equipo integrado por dos vehículos y sus respectivas dotaciones pudiera probar que el gobierno de Raúl Castro ya ordenó tensar el arco para disparar la flecha negra contra mi persona; de lo que pudiera ocurrirme hago responsable al régimen castrista y a su brazo asesino de la seguridad del estado.

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