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sábado, 20 de junio de 2009

DE FRAUDES Y FIRMAS


Cuando las marionetas hablan
 

Anuncia artículo del Nuevo Herald, que el tema de los cinco espías cubanos se convierte en el interés prioritario a tratar en la agenda diplomática representada por el líder parlamentario Ricardo Alarcón, el cual declaró: "Hay que recordarle al presidente (Barack) Obama todos los días, que él tiene la facultad de ponerle fin a esta tragedia...con una firmita en un documento y que tiene la obligación moral de hacerlo".

Durante medio siglo, el fraude y la indolencia, han sido la carcoma que ha roído silenciosamente las libertades y los derechos del pueblo cubano. Firmar un documento, sin detenerse a analizar las consecuencias y repercusión de lo que su contenido acaecerá, es un acto irresponsable, y en ocasiones, insolidario e inhumano.

¡Una firmita…! Esa expresión la hemos oído todos los cubanos, sobre todo cuando deseaban apoyo del pueblo para afianzarse en el poder, un voto, una participación, ¡una firmita…!, Cuantos documentos no han firmado los afiliados al Partido Comunista de Cuba, dando apoyo a que un cubano sea expulsado de su puesto de trabajo por ser contrarrevolucionario, cientos de miles de ejemplos se pudiesen reunir, con testigos inclusive, de los daños causados al pueblo cubano, a la familia cubana, simplemente, por el hecho de ejecutar de manera inconsciente, "una firmita".

Como una marioneta han sido las actuaciones más espectaculares de éste representante de la Dinastía de los Castro, Ricardo Alarcón, desde el hazme reír del mundo democrático en que se convirtió cuando no supo responder a las preguntas redactadas por los estudiantes universitarios, en lo que videos recorrieron el éter de internet como teatro bufo.

De todo el mundo es conocida la obligación moral de Barack Obama, comprometido con sus principios democráticos, aunque no sea del agrado de todos. Pero también de todo el mundo es conocida, la falta de principios democráticos que contiene al infame gobierno de Cuba, que lanza a la palestra a realizar actuaciones tan patéticas, como la de priorizar en su agenda diplomática la defensa de cinco espías, en medio de una crisis económica y política que consume y desgasta al pueblo de Cuba, esto es realmente, y nunca mejor dicho, "inmoral".

Deseo que muy pronto sea depuesto el administrador de los títeres, sí, ese que los guarda, y que de una voz: "¡Ricardo, al Arcón!", se recoja de la vista de todos, la infame expresión de ésta repulsiva marioneta, y después se tire la llave, para que nunca más pueda ofendernos con sus lamentables actuaciones.

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