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martes, 16 de junio de 2009

NOTA DE PRENSA


En el marco de una arremetida ofensiva de hostigamiento contra la disidencia interna, se pudieron conocer las siguientes situaciones, que no son las únicas:

A Arnaldo Ramos Lauzurique (preso político del Grupo de los 75), después de mantenerlo 10 días encerrado en una celda de castigo en la prisión Nieves Morejón, de Sancti Spíritus, le quitaron sus pertenencias, hasta el día miércoles por la mañana, después de 16 días de cumplida esta medida de aislamiento, solo le habían entregado los libros y algunos documentos, pero la mayoría de sus pequeñas propiedades carcelarias, a pesar de haber sido admitidas por la policía política, no se las habían devuelto, como son: el bombillo eléctrico (no hay en la celda), el calentador de agua (él tiene 67 años de edad), pañuelos, potes para guardar comida, un pequeño tanque para almacenar agua, que escasea y otras cosas más.

A la señora Elsa Morejón, esposa del preso político del Grupo de los 75, Dr. Oscar Elías Biscet, en el día de ayer, no le permitieron la visita matrimonial que tenía programada para las 9 horas de la mañana. Diciéndole que tenía que hacer una cola, detrás de un grupo de mujeres, y que quizás en horas de la tarde podrían dársela. Elsa les respondió que ella iba a prisión a ver a su esposo, no a un burdel. La comida que había preparado en horas tempranas de la mañana, se le echaba a perder. Llegó a su casa y en el balcón colgó una tela con unas palabras alegóricas a la mujer. Fue visitada por la policía y conminada a que quitara la tela. Finalmente le dieron fecha para visita el 29 de junio.

Pedro Argüelles Morán, preso político del Grupo de los 75, en llamada telefónica informó que después de más de un mes internado en el Hospital de Ciego de Ávila, fue retornado a una celda de la prisión, sin tratamiento, aunque los médicos le habían explicado que sería conducido hacia la Ciudad de La Habana, con el fin de ser intervenido quirúrgicamente, ya que padece de una hernia discal que le tiene obstaculizados los movimientos de la mano izquierda, así como de cataratas, de la cual le explicaron no podría ser operado hasta que superara una infección que tiene en los ojos. En la prisión los médicos le dijeron que no tenían ningún documento sobre su caso, por lo que lo retornarían al tratamiento que tuvo antes de ir al Hospital y que de la infección de los ojos, se tratara el mismo en la celda.


 

Vladimiro Roca Antúnez
Martha Beatriz Roque Cabello

Ciudad de La Habana, 11 de junio de 2009.

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