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martes, 1 de noviembre de 2011

Aumenta el peligro


Foto: Este es el auto patrulla de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) que detuvo al opositor, José Díaz Silva, en Santiago de las Vegas, municipio Boyeros, La Habana, Cuba. Sin embargo, en todo momento tanto la policía como la Seguridad del Estado negaron que estuviera preso.

Por: Martha Beatriz Roque Cabello.
Ser disidente, ya es un problema, el pueblo de Cuba lo sabe, porque todo el que disiente es reprimido de una forma u otra; existen numerosos mecanismos para hacerlo, desde discriminar a la persona con respecto a la posibilidad de tener un trabajo vinculado a la moneda convertible –cosa que la mayoría desea- hasta ser llevado a prisión por cuatro años bajo cargos de peligrosidad predelictiva. Pero, además de disentir, oponerse, ya eso conlleva males mayores.
En los últimos meses se ha incrementado el hostigamiento en contra de los opositores, sobre todo de aquellos que salen a protestar a la calle. Las golpizas (detenciones violentas) han sido una constante desde hace ya algún tiempo, pero en estos momentos ensayan nuevos métodos.
Por ejemplo, cuando los detienen, los familiares y otros disidentes van a las unidades de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) a buscarlos, les dicen que no se encuentra arrestado. Igual respuesta obtienen si llaman por teléfono a los centros especializados para informar sobre las detenciones de la PNR, o si se comunican con el Departamento de Enfrentamiento a la Contrarrevolución, conocido por Sección 21. Esto viola lo que está establecido por el propio gobierno, que al igual que siempre regula y establece, pero no lo cumple.
Tres fines de semana consecutivos ha sido encarcelado el disidente José Díaz Silva, del municipio de Boyeros, para evitar que junto con otras personas de su grupo apoye a las Damas de Blanco, -una vez terminada la misa del domingo- en el parque que se encuentra al lado de la Iglesia de Santa Rita. El pasado día 29 de octubre fue prendido en Santiago de las Vegas a las 9 de la mañana, en presencia de su esposa, por un oficial de la Seguridad del Estado conocido por Yoan, quien lo introdujo en el auto patrulla No. 863 de la PNR.
La policía política acostumbraba que estas detenciones arbitrarias duraran pocas horas, quizás hasta el día siguiente, pero ha ido cambiando las tácticas y en estos momentos tiene a los opositores entre 72 y 96 horas bajo arresto, y la familia se desespera sin conocer siquiera en qué lugar están. Esta es una forma de desgastar a los que lo rodean, incluyendo a otros opositores que se miran en ese espejo.
También utilizan otros métodos represivos, como el de no dejarlos salir de la casa y en algunos casos del municipio donde viven. Entre los más afectados por esta modalidad están, Jorge Luis García Pérez “Antúnez” de Placetas, Villa Clara y su esposa Iris Tamara Pérez Aguilera; los que mantienen una vigilancia constante encabezada por un oficial de la Seguridad del Estado, que en el pueblo se le conoce con el apodo de “Clavo de Línea”.
Hay que destacar que no son ellos los únicos sometidos a esta modalidad, en ocasiones cuando está cerca alguna fecha en que se conmemoran momentos de la historia de Cuba, y que los disidentes preparan actividades, la policía política les prohíbe salir de la casa, incluso les ubica un auto patrulla de la PNR frente a la puerta.


Foto: Oficial Yoan de la Seguridad del Estado en su moto Suzuki. Fue quien ordenó detener a José Díaz Silva. Viró la cara para ocultar el rostro en la foto.

Quizás por falta de combustible u otros recursos ha comenzado una nueva forma de hostigamiento, que consiste en llamarlos por teléfono desde el Departamento 21, para que quede registrado el número, si la persona tiene Identificador de Llamadas (Call ID); y el oficial que habla dice su nombre y amenaza para que no salga de la casa el opositor en cuestión. A Lourdes Esquivel Vieyto, un oficial de la Seguridad del Estado la fue a visitar con el expediente de su hijo, que se encuentra bajo libertad condicional, y le dijo que iba para la Fiscalía, con el objetivo que le revocaran la medida. En una muestra del poder total que tiene este órgano de gobierno, que es capaz de sacar a la calle los documentos de sanción de un Tribunal. A partir de ese análisis, no caben dudas que pueden hacer cualquier cosa en contra de los opositores.
También está el caso de las Damas de Blanco de la provincia de Santiago de Cuba, a las cuales no les permiten oír misa los domingos, reciben golpes, insultos y son detenidas, en particular el domingo 30 de octubre bajaron de un camión en la localidad de El Cristo, cuando se dirigían rumbo a la Catedral, a la esposa del preso (en licencia extrapenal) del grupo de los 75, José Daniel Ferrer, nombrada Belkis Cantillo y a su hija de 14 años de edad, Martha Beatriz Ferrer Cantillo, y las mantuvieron detenidas allí en ese punto, hasta que terminó la misa.
Por su parte, la jerarquía de la Iglesia Católica ha declarado que terminó el diálogo con el gobierno sobre los presos; pero sin embargo, para Cristo y los que profesan su fe, los que sufren siempre estarán en sus conversaciones; máxime en estos momentos en que el régimen que detenta el poder en el país ha adoptado nuevas tácticas de detención y cada vez peores.
Si bien todo esto es preocupante, objeto de alarmante situación son los dos disidentes que se encuentran en huelga de hambre –desde el 29 de setiembre a las 6 am- en Santa Clara, Villa Clara, ingresados en el Hospital Provincial Arnaldo Milián Castro. Ellos reclaman el cese de la represión contra la oposición y el pueblo de Cuba y que se respeten los espacios en la sociedad civil. Hicieron saber que se mantendrán en esta situación hasta que Raúl Castro o un miembro de su gabinete se pronuncie al respecto.
Los huelguistas nombrados Alcides Rivera Rodríguez y Rolando Ferrer Espinosa, están ingresados en sendas salas de este Hospital, el primero con criterio de Terapia, pero los médicos dijeron que lo ingresarían en Intermedia, a lo que se opuso su esposa, por conocer las pésimas condiciones de esta sala. Ningún análisis, ninguna información médica, ninguna decisión es tomada sin antes pasar por la policía política que tiene ocupado el hospital. Cualquier cosa puede pasarle a estos huelguistas y también a las decenas de opositores que se encuentran apoyándolos en los bajos de la institución médica y que se rotan día a día.
Aunque los opositores están dispuestos a pasar por cualquier tipo de hostigamiento y de malos tratos de la cúpula militar gobernante, en estos momentos está latente el peligro de muerte, por lo que la comunidad democrática internacional debe tomar esto en consideración, y evitar que males mayores ocurran.

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