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domingo, 17 de febrero de 2013

Un violento Día de los Enamorados



Foto: Damaris Moya Portieles muestra las secuelas de la golpiza propinada por la policía de Cuba en otra de las tantas que ha recibido.

Barcelona/ Mambí en A/ Eran las 7 de la noche del 14 de febrero (Día del Amor y la Amistad), cuando Yanoisis Contreras Aguilar y Maykel Armenteros Oramas junto con su esposa, Dariena Martínez Larronde, se dirigían a la casa del padre inválido del primero. Cerca del lugar encontraron el auto patrulla No. 266 de la Policía Nacional Revolucionaria, cuyos ocupantes estaban maltratando y golpeando a un señor con una motocicleta; y como ellos dos son defensores de los Derechos Humanos, comenzaron a intervenir sobre el abuso.

Los agentes entonces se volcaron contra ellos y los golpearon. Yanoisis terminó con un pie lesionado, una rodilla inflamada y las muñecas de las manos en carne viva por haberlo aprisionado con las esposas. Maykel, que tiene una operación en el cráneo, recibió también golpes en la cabeza. El señor de la motocicleta, muy atemorizado, se orinó en los pantalones y se fue.

Posteriormente los dos disidentes fueron trasladados a la 5ta. Unidad de la policía, y Dariena se dirigió a mi casa, desde donde salimos con ella 6 activistas para acompañarla hasta el lugar donde estaban los apresados. Ya estando allí, se unió al grupo la mamá de Maikel.

A esa unidad nos dirigimos 8 activistas: Natividad Blanco Carrero, Yunier Santana Hernández, Yanisbel Valido Pérez, Joselino Ascencio López, Juan Carlos, la esposa de Maikel, y la que esto escribe. Posteriormente llegó Josefa Oramas García, la madre de Maikel.

Del grupo que se hizo presente, José Lino Ascencio López, se entrevistó con el capitán de la Seguridad del Estado Ayorbis Gil Álvarez, y éste le confesó que la policía se había excedido en la golpiza. Ordenó que Yanoisis y Maikel fueran trasladados al Hospital Arnaldo Milián Castro para que les hicieran un certificado y con él, acusaran a los policías al día siguiente en la Fiscalía Militar.

Pero todo fue un gran engaño. Alrededor de las 8 de la noche acudieron al Hospital en el auto patrulla No. 269, donde fueron objeto de nuevas violencias por parte de la policía, además de rociarlos con spray de pimienta. Allí se encontraban oficiales de la Seguridad del Estado. El certificado ya había sido preparado y no pudieron leerlo por los efectos del spray.

A continuación los llevaron cerca de sus viviendas, pero como no les habían devuelto sus carnés de identidad volvimos todos a la 5ta. Estación Policial. Cuando entramos allí, todos recibimos golpes, y producto de ello, comenzamos a protestar pidiendo libertad. Los oficiales les respondían que lo que teníamos que hacer era irnos del país. Allí se encontraba el primer jefe de Enfrentamiento de la Seguridad del Estado en Santa Clara, nombrado Pablo Echemendía Pineda.

El lugar se llenó de personas y el jefe de la policía de Santa Clara, de apellido Darias, se viró para el pueblo y dijo: “¿Qué miran? Si no tienen valor para darle un acto de repudio a estos contrarrevolucionarios, lárguense de aquí”.

Seguidamente todos fuimos introducidos en autos patrullas incluyendo a la mamá de Maikel, y nos trasladaron a la Unidad de Instrucción Policial, donde continuaron maltratándonos. A mí se me sentaron arriba de las piernas, me retorcieron los brazos y me golpearon en la cabeza.

Hay que hacer notar que el capitán de la Seguridad del Estado Ayorbis Gil Álvarez, estaba borracho, y confesó que había salido de una fiesta donde había estado tomando. La mayoría de los policías y los agentes de la Seguridad del Estado, también tenían aliento etílico.

Eran más de las 11 de la noche, terminaba el Día del Amor y la Amistad cuando fuimos liberados, seguramente, todos se alegraron para poder continuar bebiendo.

Informó desde Santa Clara, Cuba, Damarys Moya Portieles.

En el vídeo a continuación, Damarys Moya con las secuelas de otra de las tantas golpizas recibidas.


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