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martes, 8 de enero de 2013

Memoria del vacío

Por: Lilianne Ruiz (Voces Cubanas.com)

“No permitir que los cubanos que han desaparecido mueran de olvido”, es la meta fundamental de la “Asociación de Familiares de Cubanos Desaparecidos”, AFACUDE.

A falta de un espacio donde dar a conocer este fenómeno con sus características en la sociedad cubana, José Alberto Álvarez Bravo y su esposa Lilia Castañer, se vieron en la necesidad de crearlo. En el año 2003 Lilia recibió la última llamada de su hijo desde España, quien solía escribirle y llamarla al menos una vez al mes a partir del año 2000 en que salió de Cuba. Era un “indocumentado”.



Foto: José Alberto Álvarez y Lilia Castañer.

Después de un montón de gestiones improductivas con el MINREX y el Arzobispado de la Habana, Lilia inició una huelga de hambre también infructuosa. El 13 de abril de 2012 ella y su esposo crearon AFACUDE. A la pregunta de “qué se propone esencialmente AFACUDE” José Alberto Álvarez Bravo respondió: “poner sobre el escenario del acontecer nacional el tema de los cubanos que desaparecen y que el gobierno silencia. La sociedad, la nación, contribuye también a este silencio. El gobierno lo silencia por una conveniencia política y nosotros como sociedad, por desidia, por falta de confianza en que cualquier gestión pueda dar un resultado. Para nosotros desaparición es cualquier forma de pérdida de contacto familiar. Ya sea telefónico, epistolar, visual. Un contacto que tiene que existir previamente. Es un desaparecido tanto aquella persona que intenta salir del país por medios ilegales y desaparece en el mar, como este cubano que viviendo fuera del país pierde la comunicación con la familia sin una explicación, sin saberse por qué.

Hay tres formas fundamentales de desaparición: están los balseros, están las personas que viviendo fuera del país se interrumpe la comunicación y las personas que salen de su casa un día y no regresan. Nosotros tenemos también ese tipo de desapariciones. Hay 3 casos específicos de personas que han salido de su casa y no han regresado. Dos eran disidentes, son los casos de Alberto Sigas Echevarría desaparecido el 15 de enero de 2010 y Roberto Amelio Franco Alfaro que también salió de su casa el 20 de mayo de 2009 y nunca regresó.”



A 8 meses de su fundación, la AFACUDE cuenta con 20 asociados, todos ellos familiares representando a una persona cuyo destino yace en la incertidumbre de sus dolientes. Pero registrados en los archivos con sus fotos o al menos una dirección suman 132 los casos de los que se tiene conocimiento.

El último operativo represivo contra AFACUDE fue reiniciado el pasado 2 de noviembre, cuando hombres y mujeres vestidos de civil, que se identificaron como agentes de la Seguridad del Estado, más específicamente de la Sección 21, se apostaron en el portal del edificio de J y Calzada, hogar de Lilia y José Alberto y sede de AFACUDE. Algunas personas que fueron detenidas por acercarse a la casa contaron después como fueron llevados a una Estación policial donde les quitaron sus teléfonos, cámaras fotográficas, y hasta una laptop sin que hasta el momento les hayan sido devueltos sus bienes. Recibieron amenazas de ser desaparecidos y el trato habitual que intenta penetrar con los dardos del “ninguneo” a la persona detenida para hacerla sentir un bulto carente de derechos.

José Alberto ha padecido 19 detenciones. Lilia también ha sido arrestada y golpeada. Se les ha amenazado con practicarles una “permuta forzosa”. Esta amenaza la realizó en uno de esos arrestos más parecidos a un secuestro que a una detención, el teniente coronel Fernando Tamayo Gómez, jefe de la Sección 21.

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