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lunes, 9 de diciembre de 2019

El muro de Berlín, que no cayó, sino que fue derribado por ciudadanos que deseaban liberarse del #comunismo #Alemania



Mambí en A/ ¿Cómo se vivía en la Alemana Oriental? ¿Cuáles son las secuelas hoy en día de la división alemana? 30 años después de la caída del Muro, las diferencias entre el este y el oeste todavía se sienten. ¿Cómo ve la generación más joven la caída del muro de Berlín y el país reunificado?

Los hermanos Franz Hildebrandt-Harangozó y Antonia Hildebrandt nacieron después de la caída del Muro y crecieron en una Alemania unida. Estudian en Berlín y viven no muy lejos de la calle Bernau, justo donde el muro antiguamente dividía la ciudad. Los fines de semana les gusta celebrar en Mauerpark. Donde antes estaba la franja de la muerte entre el este y el oeste de Berlín, hoy gente de todo el mundo se divierte todos los domingos con música en vivo, mercadillo y artistas callejeros.

Sin embargo, los dos jóvenes berlineses sienten que las heridas de la división no han sanado hasta hoy y quieren saber por qué. Buscan pistas en su propia familia.

Los abuelos de Antonia y Franz, Regine y Jörg Hildebrandt, vieron con sus propios ojos cómo construían el Muro en 1961 justo delante de su casa. Fue una decisión consciente quedarse en Berlín Oriental. Querían cambiar el país desde dentro. Frauke Hildebrandt, la madre de los hermanos, no creía en la RDA. Huyó a Alemania Occidental poco antes de la caída del muro, en el verano de 1989. La abuela, Regine, se inició en la política después de la caída del muro y trató de darle una voz a la gente de la ex-RDA.

Antonia y Franz saben no solo por los relatos de su familia que la historia de la división marcó mucho precisamente a la gente de la ex-RDA. Los hermanos viajan a lugares del este del país y se dan cuenta de que las décadas de división aún no están superadas.




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