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jueves, 1 de abril de 2010

Carlos A. Montaner responde a Silvio Rodríguez

RESPUESTA A SILVIO RODRÍGUEZ Carlos Alberto Montaner
Date: Wed, 31 Mar 2010 19:47:44 -0800

RESPUESTA A SILVIO RODRÍGUEZ

Carlos Alberto Montaner

El cantautor Silvio Rodríguez me ha hecho una pregunta públicamente. Se la voy a responder. Es un magnífico y admirado compositor al que debe tomársele en cuenta. Dice Silvio: “Si los miles de cubanos que perdimos familia en atentados de la CIA hiciéramos una carta denuncia ¿la firmaría Carlos Alberto Montaner?”. La pregunta forma parte de lo que parece ser un poema o la letra de una canción inédita. El texto se titula "Preguntas de un trovador que sueña" y está disponible en un website llamado kaosenlared.net, vertedero ideológico en el que es posible leer elogios a los narcoterroristas de las FARC o a los asesinos de ETA, pero donde, de vez en cuando, aparecen críticas lúcidas a la dictadura cubana.

Por supuesto, Silvio: yo firmaría esa denuncia. La CIA, como todos los servicios de inteligencia, ha hecho cosas deplorables que merecen ser censuradas. Y las ha hecho el ejército norteamericano cuando maltrató cruelmente a los prisioneros. Y las sigue haciendo el Departamento de Justicia de Estados Unidos, y hasta la Corte Suprema, cuando priva a ciertos detenidos del amparo de la ley. Todo eso, incluida la pena de muerte, me parece abominable y contrario a un verdadero Estado de Derecho en el que se respeten las libertades individuales.

Ahora, Silvio, me toca preguntarte a ti: ¿firmarías una carta en la que se denunciaran los atropellos a los presos políticos cubanos y el acoso a las Damas de Blanco? Una carta en la que mostraríamos nuestro respeto por Orlando Zapata Tamayo, Guillermo Fariñas y todo aquel dispuesto a morir defendiendo su dignidad de ser humano. Una carta en la que solicitaríamos la condena a los policías responsables de la muerte de 41 infelices, la mayor parte niños y mujeres, que huían de Cuba en un barco en la madrugada del 13 de julio de 1994. Una carta en la que los cubanos les pediríamos perdón a los somalíes por la matanza de miles de personas llevada a cabo en 1977 y 78 por el ejército cubano en la Guerra de Ogadén, cuando Cuba se alió a la dictadura etíope. Una carta en la que se condenara la censura, el dogmatismo, el partido único, la persecución a las personas por tratar de defender sus ideas políticas, sus creencias religiosas, sus preferencias sexuales. Una carta en la que les dijéramos a los hermanos Castro que 51 años es un periodo demasiado prolongado para continuar imponiéndoles a los cubanos un sistema fallido y cruel en el que ya casi nadie cree, comenzando por ti, Silvio, y por tu talentoso hijo “Silvito”, músico, como tú, a quien apodan “el Libre” para diferenciarlos, porque Silvito ha decidido cantar y decir lo que piensa.

Voy a contestar por ti, Silvio: yo creo que la firmarías. Y creo que la firmaría el 90% de los cubanos, hartos ya de esa vieja dictadura de difuntos y flores. Y te diría más: es importante que todos los cubanos interesados en salvar el futuro (porque el pasado lo hemos hecho añicos irremediablemente), los de la oposición democrática y los reformistas del régimen, como es tu caso, se encuentren en un punto medio para buscar una salida a la trampa que nos van a legar los hermanos Castro cuando decidan morirse y nos dejen como herencia un manicomio empobrecido y sin ilusiones patrullado por una legión de policías corruptos.

Hace pocas fechas dijiste que a la palabra “revolución” hay que quitarle la “r” para comenzar a evolucionar. De acuerdo. ¿Cómo se hace ese prodigio? Se hace vaciando las cárceles de presos políticos, permitiendo la libre expresión de las ideas y la asociación espontánea y sin coacciones de las personas. No se trata de determinar ahora hacia dónde debe ir el país. Lo que se impone en este momento es abrir los cauces de participación para que los propios cubanos cambien todo lo que haya que cambiar y decidan democráticamente el rumbo que debe seguirse. Después, poco a poco, sin violencia, sin revanchas, pacíficamente, elección tras elección, las piezas irán cayendo en su lugar hasta que salgamos de la etapa actual y la sociedad, si así lo decide libremente, redefina el Estado y el perfil de la convivencia.

¿Hacemos esa carta juntos? Atrévete.


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1 comentario:

raul alarcon dijo...

Estoy con Silvio, Estoy con Fidel y Raúl, Estoy con la Revolución
Permítanme esta pequeña reflexión.


Creo que este es el momento de decir y aportar a denunciar por cualquiera que sea la vía, de los crímenes cometidos por quienes por años de se han declarado dueños de la dignidad y del futuro de los pueblo de América Latina.

Hoy el pueblo hermano de Cuba enfrenta una de las mas terribles campañas de desprestigio, una campaña que desde hace un buen tiempo se viene sosteniendo con los aportes norteamericanos y de algunos socios Europeos, que escudados en su dotes de intelectuales o de políticos del izquierdismo ó del llamado progresismo, atentan contra la dignidad y la autodeterminación de las Naciones. Progresismo? Ó progresar de las ideas revolucionarias, es simplemente alejarse o renunciar a los valores y principios que nos forman como seres humanos, es precisamente esconderse de manera facil tras conceptos esteriotipados, de moda ideológica, para acogerse en el disfraz social y político del nuevo modelo económico de acumulación capitalista.

Creo que es el tiempo suficiente, que las mentes de las personas comunes y corrientes despertemos de la barbarie comunicaciónal y expresemos nuestros deseos y esperanzas, donde una de ellas es tener el derecho a la autodeterminación y el cuidado de los derechos humanos. Derechos humanos que están también en la defensa y el cuidado de las conquistas logradas por los pueblos. En este sentido, “bienvenida sea la muerte” cuando se trate de proteger la dignidad de los pueblos y su voluntad de seguir adelante con los procesos que instan a un futuro mas libre para la humanidad, “bienvenida se la muerte” si de la defensa a la revolución Cubana significa quedar mal con los poderosos, por aquello siempre será bienvenida la muerte, cuando no perdamos jamás la brújula de nuestro destino, formado por los luchadores incansables y anónimos de nuestro continente.

De donde salio este pueblo tan bueno? Que a los ojos extranjeros, el gobierno Cubano es tan malo, de dónde salio, me pregunto yo también, un ser humano común y corriente, habitante de América Latina, del pueblo de Chile.

Cuesta Mucho mas hacer crecer una verdad y difundirla, que fomentar una mentira multiplicada, pero me sumo a lo difícil, pues tarde o temprano el mentiroso se descubre, mucho antes que al ladrón.

Raúl Alarcón Bravo
Poblador de Santiago de Chile