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viernes, 25 de septiembre de 2009

¿No se puede hacer nada?

Por Belinda Salas Tapanes

En el año 1997, entró en vigor en Cuba el decreto 217 que regula la inmigración de los ciudadanos residentes en otras provincias hacia la capital.

La medida establece que aquellas personas que no posean una identificación personal con una dirección permanente de Ciudad Habana, son declaradas ilegales. Los provincianos de paso por la capital han sido detenidos, encerrados y luego deportados hacia sus provincias en calidad de ilegales.

Muchos han sido los casos que se han reportado de este tipo, pero la fuerza del destino no anda mirando decretos ni regulaciones. Tal es la historia de mi vecina natural de Nuevitas, Camagüey, madre de dos niños, encontró su media naranja en la Habana, precisamente en Centro Habana, uno de los municipios que se dice están controlados por ser uno de los que más población posee. El tiempo ha pasado, los niños han crecido, y como es natural requieren de los tramites burocráticos que establece este decreto para cualquier trámite legal incluso para empezar la escuela.

Pero en este caso de los dos hijos el más pequeño, presenta problemas de concentración en la escuela, lo que afecta el ritmo de aprendizaje del pequeño, el cual fue remitido al centro de orientación y diagnóstico (CDO) para valorar la posibilidad de su ingreso en una escuela especial. Para beneplácito de la familia, existe un medicamento (Metilfenidato) que estimula la concentración y este ha resuelto en gran medida la afectación del niño.

Pero la felicidad en casa de los pobres dura bien poco, el medicamento altamente controlado requiere de una tarjeta especial que solo es otorgada a los que legalmente residen en la Habana.

"No sé qué hacer", me comentó una tarde la madre con lágrimas en los ojos, durante el periodo de vacaciones no había problemas, pero ahora que comenzaron las clases debo encontrar una solución. Gestiones no han faltado por parte de la madre desesperada, que intenta evitar el ingreso de su hijo en una escuela especial, el medicamento está ahí, solo falta una autorización, legalizar la dirección y listo.

¡Qué sencillo¡ pero no es así, la vivienda no dispone de la cantidad de metros cuadrados establecidas por el decreto, para que otra personita no sea declarada ilegal en la Habana.

Todos concuerdan en que es injusto, arbitrario, inhumano, pero nadie encuentra la solución, el facultativo que indicó el medicamento refiere que en estos casos nada puede hacerse entonces ¿Qué se hace cuando no se puede hacer nada? Las promesas de igualdad en los primeros años de la mal llamada revolución, hoy son espejismos de la vieja nomenclatura, la gran mayoría de los dirigentes en Cuba son precisamente de otras provincias, sin embargo, ellos residen en la Habana.

La campaña por la Libertad de Movimiento encabezada por el Partido Republicano de Cuba, exige que esta y otras regulaciones sean derogadas, por el derecho que se les viola a los cubanos de residir o permanecer en la capital de su propio país. La iniciativa incorporada a la plataforma de trabajo Máxima Acción Noviolenta Opositora (MANO), es uno de los cinco reclamos básicos de la población, bajo el slogan: "Esta es mi Tierra", los activistas reclaman el derecho a la libertad de movimiento.

La lucha por los derechos civiles en Cuba se fortalece por medio de este proyecto, que recopila e incorpora no solo a los movimientos y partidos opositores, sino que le da un lugar al cubano de a pie en los reclamos de sus más elementales derechos, como es el caso de mi vecina que ahora reconoce que vive en Cuba relegada a ciudadana de segunda clase, que se le niega el derecho de escoger donde vivir y con quién, y entiende que es un derecho que se le está violando, comienza a funcionar una base social con capacidad de poder para exigir sus derechos.

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