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viernes, 18 de diciembre de 2009

LA COMUNION DE LA ESPERANZA




Desde su celda, el Prisionero de conciencia del MCL Regis Iglesias se solidariza con el Dr. Oscar Elías Biscet, haciendo referencia a los aspectos que unen a los opositores cubanos.



La causa de la vida y la libertad han sido por más de medio siglo las premisas que muchos demócratas cubanos han esgrimido y por las que han entregado sus vidas en sacrificio.

Por estos días de diciembre el prisionero doctor Oscar Biscet ha llamado a una jornada de vida y libertad, que conmemorará del 5 al 10 de este mes el día internacional de los Derechos Humanos promoviendo la comunión espiritual e intelectual entre cubanos, a través de peticiones y súplicas al Dios bíblico para que tenga misericordia de nuestro pueblo. Oscar  llama a los representantes del régimen comunista de nuestra isla a seguir el camino digno de respetar la práctica de las libertades protegidas por los pactos internacionales de derechos civiles y políticos, económicos, sociales y culturales, a excarcelar a los prisioneros de conciencia y a formar un gobierno de  transición con todas la fuerzas políticas de la nación.

Coincidentemente desde hace unas semanas atrás el intelectual encarcelado Ricardo Gonzales, presidente de la Sociedad de Periodistas Independientes "Manuel Márquez Sterling", inició un ayuno para conmemorar el día del periodista encarcelado y por el reconocimiento por parte de  las autoridades del status como prisionero de conciencia.

Aunque muchos calculados intereses antipatrióticos y egoístas hayan intentado disgregar y peor aún, enfrentar artificialmente a los verdaderos luchadores por los derechos civiles en Cuba, nadie puede ocultar sin deshonra, la sintonía de propósitos entre nosotros.

Y es que la lucha por la libertad de expresión y asociación, la libertad religiosa, el derecho a igual protección ante la ley, están en la médula del deseo de cada cubano libre que haya o se esté enfrentando al totalitarismo.

Hace unos meses comenzó la segunda etapa del Diálogo Nacional, impulsado por varios líderes opositores, entre ellos el coordinador nacional del Movimiento Cristiano Liberación, Oswaldo Payá.

El diálogo intenta concertar la transición pacífica y de implementar los cambios que Cuba quiere y necesita urgentemente, basados en aspectos como la libertad de expresión, conciencia, movimiento, asociación, elecciones libres, y derechos sociales y económicos.

El proceso de diálogo apoyado por decenas de prisioneros políticos, propone crear una comisión  nacional representativa y plural de todo el espectro político y civil cubano, y una legislación electoral que garantice el ejercicio de la soberanía popular.

Los miembros de la oposición política civilista en Cuba tenemos más coincidencias que diferencias, y estas últimas son tal vez más condicionadas por el desconocimiento mutuo, y las suspicacias con las que los enemigos de la democracia intentan minar el camino del inexorable día de la libertad. Todos los verdaderos demócratas que amamos Cuba vamos unidos en la esperanza.

No puedo dejar de contar esta anécdota:

Hace 10 años conocí al doctor Biscet. Fui a llevarle la solidaridad del MCL luego de su valerosa  primera protesta pública contra el crimen silencioso del aborto.

El 10 de diciembre de ese año 1998  las fuerzas represivas de la policía política me arrestaron en mi casa para evitar que esa mañana participara en un acto que el Dr Biscet había programado en el parque Butare de nuestra barriada, en conmemoración del 50 aniversario de la proclamación de la Declaración Universal de los DDHH, y al cual yo había sido invitado por Biscet unos días antes.

Nuestra solidaridad, la solidaridad del MCL y su líder Oswaldo Payá con Oscar y su esposa Elsa, fue incondicional, cuando al disidente defensor de los DD HH le condenaron injustamente a prisión en 1999.

Uno de los más cercanos colaboradores de Biscet, el joven Raúl Arencibia, fue de los que con su heroico concurso más impulsó la recogida de firmas en 2001 del Proyecto Varela. El y yo, a pesar de las muchas dificultades que nos imponen nuestros carceleros, hemos podido mantener un diálogo fraterno durante los varios años que llevamos confinados en la prisión del Combinado del Este. Hemos podido conocernos mejor y aprendido de nuestras mutuas diferencias, que nacen de la pluralidad por la que hemos transitado, y contrario al distanciamiento que muchos desearían, nos han acercado y unido, identificando  las mayores metas que como demócratas y hermanos de lucha cívica tenemos en común.

Estos días estaremos en comunión con Oscar, pidiéndole a nuestro Dios por nuestra amada patria. Voy a estar en mi celda leyendo a Jeremías, Josué, Mateo, Pedro, Hebreos, Santiago, Tesalonicenses y los Salmos, y también me detendré en la Primera a los Corintios, capítulo 13 versículos 4 al 7 y repetiré las Bienaventuranzas.

Porque Oscar Biscet, Ricardo González, Oswaldo Payá, Julio Ruiz Pilatuga, Arturo Suarez, Juan Carlos González, Antonio Díaz, José Daniel y Enrique Ferrer, José Miguel Martínez, Ofelia Acevedo, Elsa morejón, Nelson Aguilar, Arturo Pérez de Alejo y muchos cubanos libres, somos felices de trabajar por la paz y la justicia en nuestra Cuba.


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