Una columna moral de la patria

Por: Jorge Alberto Liriano Linares, prisionero político.

Prisión Cerámica Roja, 31 de julio/ de la Mesa de trabajo Hablemos Press/ En Cuba cuando se escribe o se levanta la voz contra el régimen corrompido y sangriento corres el riesgo de convertirte en polvo, corres el riesgo de ser asesinado, corres el riesgo de morir tras los muros y rejas de las tenebrosas prisiones.

Hombres dignos y valientes como el Periodista Independiente Normando Hernández González, prisionero de conciencia y miembro del grupo de los 75 quien fue encarcelado injusta y arbitrariamente por el régimen totalitario antidemocrático en la conocida primavera represiva del 2003, me aseguró recientemente en una nota enviada:

"Prefiero ser convertido en polvo, prefiero morir a soportar el asco de flaquear y sonreír ante el régimen podrido que oprime a nuestro pueblo".

Como una columna moral de la patria Normando Hernández González se erige hoy condenado a 25 años de cárcel por defender sus ideas, los valores democráticos y los derechos Humanos del pueblo cubano.

En su celda de la Prisión de Máxima Severidad Kilo 7, luchando contra la maldad y el odio de militares sin escrúpulos, y como si fuera poco luchando contra una terrible enfermedad adquirida en los años de injusto encierro que resulta totalmente incompatible con su estado de reclusión, y el gobierno cubano se empeña en desestimar y ejercer clemencia de ha menos concederle una licencia extrapenal para tratarse los graves trastornos gastrointestinales que atentan contra su vida. Seis años de ensañamiento ruin y cobarde fruto de una venganza política de un vesánico gobernante no son suficientes para saciar el odio, es increíble que la bestia humana pueda llegar a estos extremos de crueldad.

A Normando Hernández lo están asesinando de forma muy sutil y premeditada, mantenerlo en prisión constituye un castigo cruel e inhumano que jamás podrá ser justificado. En su pequeña nota el periodista independiente encarcelado hace referencias del terrible asedio, la vigilancia extrema y el cerco a la libertad de expresión y de pensamiento del cual es víctima.

También hace alusión a la marcada y casi intencional negligencia de la asistencia médica que le ofrecen y la pésima alimentación que apenas logra consumir a lo cual responde con palabras textuales: "Hasta el último segundo en que se consuma el asesinato lento, sutil, y premeditado que están llevando a cabo conmigo, estaré dando muestras de estoicismo y dignidad inquebrantable, existe una fuerza sobre natural que mientras más me reprimen, más se fortalecen mis principios y convicciones".