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martes, 14 de julio de 2009

Conteo regresivo

Por: José Alberto Alvarez Bravo.

Avanzar o retroceder en el tiempo sólo es posible en aras de la imaginación, o de la literatura, y ésta le permitió a José Arcadio Buendía afirmar que "el tiempo da vueltas en redondo".



 

Dr. Darsi Ferrer, golpeado por efectivos policiales.

Foto: José Alberto Álvarez Bravo.


 

Una mirada sobre algunos hechos que acontecen en la Cuba de hoy, nos invita a preguntarnos si nos habremos retrotraído a la última etapa de la dictadura batistiana, cuando ya para ésta había comenzado el conteo regresivo.

El pasado 9 de julio, en horas del mediodía, efectivos de la Policía Nacional Revolucionaria se personaron en la vivienda del opositor pacífico Darsi Ferrer, portadores de un mandamiento judicial de registro, motivado por la tenencia ilícita de una exigua cantidad de materiales de construcción. Al negarse el mismo a permitir el acceso de los uniformados, fue detenido y conducido a la unidad policial conocida como Aguilera, sita en la barriada de Lawton.

Según refiere el Dr. Ferrer, después de más de diez horas de una detención que consideró desproporcionada, se negó a ser puesto en libertad sin más, actitud que originó el uso de la fuerza por parte de los militares para extraerlo del lugar.

Esposado e indefenso, fue golpeado por un grupo de más de diez efectivos, siendo el más sobresaliente un sujeto que responde al apelativo de Camagüey, quien estuvo a punto de asfixiar al detenido con una "llave" de estrangulación.

Paralelamente, el opositor pacifico Miguel Amado Reyes Fonseca fue detenido en la vía pública y conducido a la Sección 21, del Departamento de Seguridad del Estado, donde refiere haber sido sometido a interrogatorio, fichaje exhaustivo de sus generales, amenaza de deportación a su provincia de origen –a pesar de residir en La Habana ininterrumpidamente, por más de treinta y dos años- y golpes en el pecho por parte del oficial que dice nombrarse Samuel, amen del consabido expediente de peligrosidad.

El "crimen" de Miguel Amado no era la tenencia de un par de sacos de cemento, sino haber asistido, en calidad de alumno, al curso de periodismo impartido por la Universidad Internacional de la Florida a través de la Sección de Intereses de Estados Unidos.

Si a este panorama, pálido vislumbre de la actuación de la fuerza represiva en plena normalidad ciudadana, agregamos la cotidiana presencia de miles de efectivos desplegados en la ciudad de La Habana, nos asalta la pregunta:
¿qué sucedería si al sector más pugnaz de la oposición cubana se le ocurriera comenzar a "poner bombas", reeditándose la situación que bien recuerdan los habaneros que "peinan canas", motivada por el aferramiento al poder de la cúpula batistiana de un lado, y las acciones terroristas de los comandos de acción y sabotaje del movimiento 26 de julio del otro?

A pesar de la renuencia de la gerontocracia cubana a admitir el rotundo fracaso de su costosísimo e irresponsable experimento, todo parece indicar la proximidad del fin de éste anómalo estado de cosas. Uno de los tantos indicadores a tener en cuenta, sería la lenidad de la camarilla gobernante en "tomar medidas" con el sector no confrontacionista de la sociedad civil, a pesar del desembozado cuestionamiento de este sector a la legitimidad del régimen.

Conocer de primera mano, y sopesar la situación de la Cuba de hoy, nos convoca a preguntarnos si no habrá comenzado ya, para la nomenclatura castrista, su conteo regresivo.

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