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jueves, 22 de octubre de 2009

Las restricciones en Cuba


Por Alex Eduardo P de la Cruz, estudiante de la Universidad de la Habana.

 
 

Es cierto que el bloqueo de los EUA nos ha impedido hacer muchas cosas, todos estamos consciente de esto, pero no todo es culpa del bloqueo, es ahí donde debemos poner la mirada, y no buscar justificaciones para culpar a alguien de nuestra propia incompetencia.

Yo me pregunto: ¿por qué siempre el papel reservado para el pueblo es el sufrido?, siempre el pueblo soporta la carga más pesada, solo se le concibe el lugar detrás de la paredes de la fábrica, en la construcción, en el campo de caña o cualquier otro lugar de empleo, sacrificándose, pasando por limitaciones y necesidades de todo tipo, esperando el día de pago para cobrar unos pesos desvalorizados que más tarde se cambian en unos poquísimos pesos con más valor que no alcanzan para suplir la mínima necesidad del ser humano que es la alimentación, acaso el cubano promedio nunca podrá ser turista en otro país, acaso no podrá disfrutar de la comodidad de un auto que más que un lujo es una necesidad para transportarse, acaso no podrá al menos disfrutar de un cubanísimo mojito y tener una puesta de sol en el balcón de un hotel de Varadero, o menos aun, no sufrir de la escaseces continuas que nos ha afectado toda una vida. 

Todos somos hijos de Dios, y tanto derecho tenemos al sacrificio, como al placer de comer y beber del fruto salido del sudor de nuestras frentes, tanto derecho tenemos de plantar como de recoger lo plantado, el pueblo tiene el derecho de participar no solo de las desgracias, sino también de los milagros, entonces por qué siempre obtenemos lo primero, pero nunca lo segundo. Acaso solo la oligarquía de poder conformada por los dirigentes del país son los que pueden disfrutar de los privilegios, ¿no se cacarea a toda voz que en el socialismo no existen las clases?, entonces, qué es esta nueva cúpula de poder sino la heredera de la burguesía existente antes de 1959, acaso no ocupan estos las mansiones y las fastuosas residencias de los anteriores, no hay un dicho que dice, ¨El mismo perro con diferente collar¨.

Es enajenante ver como la sociedad está diseñada para que todos seamos iguales, pero todos pobres, ¿por qué no todos ricos?, ya recuerdo la dichosa mala palabra, "RICO", esta palabra solo existe en los diccionarios de Cuba para criticar y satanizar a los capitalistas explotadores, en Cuba tener dinero es un pecado, es ilegal, simplemente la sociedad conspira para que el cubano no prospere y esté siempre a merced de lo que el estado pueda darle, por mucho que usted trabaje, aunque trate por todos los medios de alcanzar una mejor posición, no puede, de ahí que no se pueda tener un auto moderno, por supuesto mucho menos viajar al extranjero, ni visitar Varadero, Viñales, Trinidad, entre otros polos turísticos, el cubano que tenga una posición económica placentera es inmediatamente investigado (aunque nuestros dirigentes y sus familiares si pueden), y ni hablar de los derechos civiles de los ciudadanos, los cuales son pisoteados día a día, el pueblo fue forzado a entregar sus derechos a cambio de salud y educación gratuita, así como mejoras en la vivienda, subir el nivel de vida, quitar a los ricos y dar a los pobres, el decreto del Robín Hood, pero al cabo del tiempo ha tomado conciencia del engaño y ahora no puede negociar otro pacto con el diablo, ya que no se le ha devuelto el derecho que entregó, por lo tanto, no tiene con qué negociar, el estado, o mejor dicho, su padre biológico, Fidel Castro, no cumplió con su parte, pero al no existir un documento firmado, (un contrato), no es legal, fue un acuerdo de palabra que ahora mismo no se puede romper.

Fue fácil negociar con la ingenuidad de un pueblo cansado de tantas luchas, de tantos sufrimientos, de tantas perdidas de sus valerosos hijos, fuimos seducidos con promesas y palabras dulces basadas en las bondades del socialismo que hicieron mella en los oídos deseosos de escuchar palabras como igualdad, conquistas sociales, colectividad, creación del hombre nuevo, de los humildes y para los humildes, se prometió cielo y tierra para obtener el poder absoluto, todo a cambio de La LIBERTAD.

Un plan maestro orquestado desde lo profundo de una mente Maquiavela, la gran estafa, el robo del derecho basado en la ilusión del paraíso, nos prometió algo por nada, y recibimos nada por algo.

¿Cuántas restricciones hay en Cuba?, no se sabe a ciencia cierta el número exacto, pero se conocen muchas, ya algunas han sido levantadas, como el hospedarse en los hoteles, ya se encuentran en la cadena de tiendas de la isla los famosos DVD (obsoletos en el mundo exterior), las computadoras, ¿algo más?

Aquellos ilusos que pensaban que otras restricciones serian levantadas, se quedaron con los deseos, ¿por qué nuestro país tiene que ser tan diferente al resto del mundo?, acaso somos una raza especial que no podemos usar nuestros derechos, nuestros cerebros, ¿por qué alguien tiene que decidir por nosotros en todo?, pareciera como si los cubanos fuéramos niños ingenuos que estamos inhabilitados para decidir algo, para pensar, para oír, para hablar, ¿alguna vez tendremos que pedir permiso para respirar?, al paso que vamos es muy posible, y ni hablar de la liberación del mercado, método aprobado en China y Vietnam, pero en Cuba es impensable algo así, nadie cuestiona, nadie pregunta, todos bajan la cabeza y aceptan, los cubanos somos expertos en "aceptar", pero tenemos suspensa la asignatura" reclamar", como si no hubiera otra solución, otro camino, reclamar los derechos es un pecado y nosotros como seres perfectos e inhumanos, no pecamos, debemos suprema obediencia al gran hermano, y esto significa no reclamar aunque no estemos de acuerdo con algo, ¡que antagónica manera de vivir!

Hay una pregunta lógica que cae entre estas líneas por su propio peso, ¿cómo resuelven otros pueblos estos problemas de derechos, escaseces, subida de precios entre otros?, por supuesto que lanzándose a las calles y reclamando a sus respectivos gobiernos la solución de los mismos, haciendo huelgas y los no menos célebres calderazos que tuvieron un efectivo resultado en Argentina por tomar un solo ejemplo, pero, ¿qué pasaría si aquí en la Cuba revolucionaria sucediera algo así?

Para empezar en nuestro país son ilegales las huelgas, (o sea, es ilegal reclamar), seriamos reprimidos por las fuerzas de la policía y la seguridad del estado disfrazados de obreros de la construcción como fuerza de choque contra la manifestación, como ocurrió en los sucesos de agosto del 1994.

¿Se acusaría de contra revolucionario a las masas lanzadas en la reclama de sus derechos?

¿Qué es entonces la revolución que cualquier reclamo, pensamiento, libertad individual o colectiva es acusada y sentenciada de contrarrevolucionaria?

¿Acaso la revolución es una persona?, ¿Será acaso un espíritu?, ¿una deidad?

¿Quien se atribuye tal poder de juzgar sin ser juzgado?

¿Qué o quién decide que está mal o bien?

¿Con qué instrumento se mide lo que es a favor o en contra de la revolución?

¿El pueblo podría llamar contra revolucionario a sus altos dirigentes incluyendo al máximo líder?, ¿es Fidel Castro un contrarrevolucionario?...

Si buscamos un diccionario, en un abrir y cerrar de ojos nos damos cuenta que quizás en 1959 Fidel Castro era un revolucionario, pero hoy mismo, éste decrépito despojo humano, es la antítesis de todo lo que un día representó, y hoy mismo, es el contrarrevolucionario más grande que existe en Cuba, oponiéndose a todo destello de mejora, cambio, modificación, transformación, sustitución de lo viejo por lo nuevo, y todo aquello que significa revolucionario, entonces, ésta antagónica manera de ser de este señor es una muestra más de su hipocresía, acusando a otros de lo que él representa y es en su totalidad, un completo mentiroso maniático compulsivo que se cree sus propias mentiras, y que es el contrarrevolucionario más caradura de la historia de la humanidad, que perdió la conciencia del ser, pues dice ser quien no es.

Parece que, como dice un humorista, a alguien se le subió la fama para la cabeza, acaso una paloma descendiendo sobre el hombro de un mortal lo convierte en el elegido, en el libertador, o será acaso la naturaleza de un ave buscar el punto más alto de la tribuna para posarse y buscar orientación, ¿será coincidencia o ya había sido ensayado?, a las palomas se les puede amaestrar…

Creo que sería muy saludable que uno de estos días el pueblo enervado saliera a las calles a reclamar sus derechos, para que diera un ultimátum enérgico y comience a ser tomado en cuenta, para que la prudencia no siga tomada como debilidad.

El camino comienza con el primer paso, es largo el andar y estará lleno de obstáculos, pero es bello el futuro alcanzado con abnegación y la virtud vestida de justicia, resguardada en la coraza de la fe la lucha tiene el sabor dulce de una victoria moral sobre un gobierno que subestima la firmeza de un pueblo.

Los hijos de la patria una vez más son llamados a integrar las filas de un ejército armado solo con la palabra, pero no menos poderoso que el soplo de un huracán que arrasa a su paso con fortalezas construidas con el odio y el temor, somos los mambises de hoy cabalgando en la verdad, alzado el machete rebelde contra oprobios disfrazados de equidad, el óbice de la justicia ha llegado a su fin, lo que un día creyó un populacho huérfano, se convirtió en el castigador de su confianza.

Debido a la frustración que siento como joven cubano privado de un futuro esperanzador, donde no se desluce una puerta de escape a tantos años de privaciones y de enajenación, por la falta de estímulo a la superación como ser humano que tanto padecemos en nuestro país, debido al bombardeo ideológico que somos sometido día y noche, a la subestimación de nuestra inteligencia, por la privación de tantos derechos, por el olvido de nuestras vidas sometidas a la defensa de unos ideales ajenos a nosotros, armado de la convicción de un mañana sin totalitarismo, despotismo, y otros sinónimos de dictadura, lleno de un sentimiento de anarquía absoluta contra el egoísmo desmedido, en contra de un régimen totalitario que se basa en la exaltación de la figura del líder, el monopolio ideológico y el control de todos los medios de poder y de persuasión…

Es entonces que no viendo un medio eficaz de llevar mi voz a aquellos que como yo queremos una Cuba Nueva, derramo en estas líneas, no el odio hacia mis semejantes, como se incentiva a mis conciudadanos contra aquellos que desean un cambio favorable para todos, sino la idea pujante que hiere al opresor en lo profundo de su vacío corazón condenado a los atañeres de la historia.

De más está decir, que nadie me paga para escribir esto, no pertenezco a la supuesta mafia de Miami, no soy un contrarrevolucionario, ni gusano o cualquier otro calificativo usado para denominar a una persona contraria a la ideología de los cancerberos de la mal llamada revolución.

Solo soy un joven estudiante, realista, con criterio y sentido común, que hace una crítica con carácter constructivo a la sociedad que me tocó vivir.

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