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sábado, 2 de julio de 2011

La Seguridad del Estado vs la familia del prisionero Yankiel Blanco Fleites

Conflicto en la Sociedad Civil.
Barcelona/ Mambí en A/ La Seguridad del Estado arremete contra aquellos que se atreven a denunciar sus problemas en la Red Cubana de Comunicadores Comunitarios. Este es el caso del padre y la madrastra de Yankiel Blanco Fleites, los que serán juzgados por desacato, desorden público, resistencia, y ella además, por atentado.

Yanisley Valido Pérez, es la esposa de Yankiel Blanco Fleites, reside en la calle Barcelona 215 entre Ciclón y Toscano, Reparto Raúl Sánchez, Santa Clara, Villa Clara. Ella nos relata lo siguiente:
“El 26 de abril de 2011, en la prisión La Pendiente de Villa Clara, fui a ver al jefe de unidad para que me dijera qué problemas había tenido mi esposo Yankiel Blanco Fleites, que se encuentra cumpliendo una sentencia de 4 años de privación de libertad por salida ilegal; ya que él me había llamado a la casa y dijo que le dieron golpes y lo habían llevado para la celda de castigo”.
“Hablé con el reeducador, y me dijo que sí había tenido problemas, porque lo habían bajado a un debate político y allí planteó que de Cuba se habían expulsado varias personas, y puso de ejemplo a los presos de los 75 que salieron para España. y dijo que no hablaran tanto de los derechos humanos que todo lo que estaban diciendo era mentira, que si él llega a saber que era para eso no bajaba, que no lo bajaran más para eso y dicen que se manifestó mal del gobierno”.
“El reeducador me explicó que él no había estado presente, se lo llevaron para la celda y le dieron golpes y que después lo trasladaron a la enfermería y no tenía fracturas. Yo le pedí que quería verlo, y cuando salió a buscarlo llegó el papá de Yankiel, nombrado Pedro Antonio Blanco Fleites, y la madrastra Dailín Hernández Caballero, acto seguido se personó el segundo jefe de la Unidad, el capitán José Cantillo Gel, que nos atendió en el Salón del Público y dijo que Yankiel había cometido una indisciplina y lo habían sacado de la celda y que no tenía golpes. Le dije que el reeducador había dicho que lo llevaron a la enfermería y no tenía fractura. Él respondió que era mentira del reeducador, porque para ponerlo en celda había que pasarlo por la enfermería. El padre de Yankiel le dijo que eso era incierto, que si a él lo habían llevado a la enfermería fue porque le hicieron algo. El capitán Cantillo replicó que Yankiel era un indisciplinado porque no tenía que haber dicho eso.”
“Pedimos que nos dejaran ver a Yankiel y él dijo que no, empezó a hablar alto y a alterarse y mi suegro le dijo que era un mentiroso, entonces amenazó con traer a la guardia operativa para que se llevaran preso al papá de Yankiel y a la madrastra, y que los iba a acusar de desacato. Yo salí en esos momentos a llamar por teléfono a Idania Yanes Contreras, presidenta de la Coalición Central Opositora, para contarle, y cuando regresé las personas que estaban esperando para entrar a la visita me dijeron que los habían llevado esposados y que los cogieron por el cuello. Al poco rato llegó un auto patrulla y se los llevaron a la 5ta. Unidad de la Policía Nacional Revolucionaria, y los instruyeron de cargo, los acusa Yuriany Spek Rosillo, jefe de orden interior que fue el que cogió a mi suegro por el cuello.”
“Este teniente Yuriany, que es quien lo acusa, en sus antecedentes penales tiene atentado, desacato, resistencia, desorden público, fue sancionado en el Tribunal Militar de Guantánamo en la causa 73 de 2004 y cumplió un año de privación de libertad. Dice que la esposa del padre le dio una bofetada, y es mentira; sin embargo, está el certificado de Daylín Hernández Caballero, el que dice excoriación superficial al lado izquierdo de la cara y en el antebrazo derecho, y el del padre dice hematoma en muñeca bilateral (en las dos manos).”
“En los primeros días del mes de junio, con los presos y los jefes de la prisión, le hicieron un acto de repudio a Yankiel, estando él en su celda. Le dijeron a los presos que era un contrarrevolucionario, que llama a elementos subversivos y le da noticias y le restringieron el teléfono a 5 minutos una vez a la semana. Añadieron que procurara no virar para la prisión porque lo iban a hacer tierra. A él lo llevaron para el Campamento Soler, ya que tiene cumplido un año y 9 meses y estaba pasado de la mínima, y le correspondía el cambio de régimen.”
“El Segundo Jefe de la Unidad nos dijo en el momento de la conversación en la prisión, que el jefe no se encontraba y era incierto, el mayor Delvis López Quesada sí estaba, se hallaba almorzando y fue el que mandó a esposar al papá y a la madrastra de Yankiel. Él le dijo a Cantillo que lo hiciera, sin salir a averiguar la situación”.
“A Yankiel lo llevaron el día 28 de junio a la Fiscalía, para tomarle declaración, y allí explicó que el capitán Cantillo estuvo presente en el momento en que le dieron los golpes, el guardia que lo agredió se llama Danis. Según el Fiscal, a Cantillo lo acusaron porque no puede permitir que le den golpes a un recluso delante de él. La abogada defensora de mi suegro y la esposa, pidió que le mostraran las sanciones impuestas a los dos militares, pero nada le enseñaron.”
“Quiero señalar que por la abogada cobraron 840 pesos y ella me solicitó como testigo y le dijeron que tenían que consultarlo con el Jefe de la Fiscalía, además, le exigieron que fuera por escrito y lo tuvo que hacer rápido y a mano, porque tienen apuro en terminar el caso, ya que está priorizado por la Seguridad del Estado que está detrás de todo esto.”
“También supe que el Fiscal llamó a la abogada y la subió a su oficina y le dijo que nosotros éramos de los derechos humanos, y que no se metiera a fondo porque la Seguridad estaba detrás del caso. El jefe de la fiscalía que se llama Justo Pastor, habló con ella también y le volvió a decir lo mismo, y le preguntó cómo estábamos nosotros, si estábamos tranquilos y que se apurara porque tenían interés en cerrar el caso”.
“No hemos podido saber el tipo de sanción que piden ni el tiempo, pero la abogada defensora dijo que podía ser entre 1 y 3 años de privación de libertad”.
Desde La Habana, Cuba, Martha Beatríz Roque Cabello.

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